La decisión del gobernador cordobés Martín Llaryora de impulsar a la radical Jéssica Valentini para ocupar la vacante en el Tribunal Superior de Justicia ocasionó un verdadero tembladeral en todo el arco político cordobés. En el peronismo, porque hubo rechazos contundentes a la postulación que Llaryora hizo de la dirigente de origen en la UCR; y en el radicalismo, porque la toman como un nuevo gesto a la destrucción de la oposición y un fuerte mensaje al Partido Cordobés.
Tan es así que el mismo radicalismo lució dividido a las horas de conocerse el envío del pliego de Valentini a la Legislatura para que se discuta su designación en el último viernes del año con la sesión que se aguarda para el 27 de este mes en la Unicameral.
Desde el Centro Cívico, los funcionarios que están en contacto permanente con Llaryora reconocen la hiperactividad del gobernador cordobés siempre en el último mes del año y observan el impacto en la oposición. Donde, la primera reacción fue no sólo al pasado radical de Valentini, sino también al grado de parentesco entre el gobernador y la eventual candidata a la Corte Suprema cordobesa. «Son primos segundos», repiten con énfasis en el juecismo; arengados por un sector del radicalismo.
Llaryora postula a una funcionaria de su confianza para la Corte cordobesa
Es más, un radical que conoce del buen vínculo entre el llaryorismo y la UCR admitió a LPO apenas se conoció el impulso a Valentini: «un crack, mete a la prima y la hace pasar por el radicalismo» y agregó que «lo de (Pablo) Bustos Fierro es un acuerdo con los libertarios». En referencia al nominado como Defensor General del Ministerio Público de la Defensa e hijo de Ricardo Bustos Fierro, por años el hombre fuerte del fuero federal electoral en Córdoba.
Con este panorama, en el llaryorismo dejaron la pelota en cancha de la oposición y en ambos arcos en la Legislatura, donde deben apurar la discusión para que se debata antes de fin de mes.
Sin embargo, la ocupación de la vacante en el máximo tribunal de justicia no será la única diferencia que busca marcar Llaryora con la gestión nacional de Javier Milei, con los pliegos de Ariel Lijo y García Mansilla empantanados en el Senado. El otro diferencial pasa por Ficha Limpia.
Caído el debate en el Congreso, el cordobés dio luz verde al oficialismo para que habilite la discusión en la Unicameral y mandó a su ministro de Justicia, Julián López, a reunirse con las legisladoras que tienen sendos proyectos de Ficha Limpia: la peronista Victoria Busso y la radical Brenda Austin. En una reunión que mantendrán a media mañana de este martes y de la que también podrían participar otros funcionarios.
Saben en el llaryorismo que con Ficha Limpia también meten una cuña en la relación entre el radicalismo y el juecismo. De hecho, el senador Luis Juez mandó a su tropa a diferenciarse rápidamente de todo tipo de respaldo; tanto por la vacante del TSJ como Ficha Limpia. «Antes tienen que tirar abajo el Fuero Anticorrupción», dispararon a coro los juecistas y aliados en la Legislatura en la tarde de este lunes.
Así, Llaryora apura la discusión adentro de la Unicameral, tantea el terreno en la Justicia y agarra fuerte la lapicera para el armado de las listas 2025, frente a un hermético Juan Schiaretti
Fuente: lapoliticaonline.com