Un escándalo inédito sacudió este lunes el Senado. La senadora peronista Cándida López denunció que personal de seguridad de la cámara alta por «golpes» y «manoseo» cuando llegó a las puertas de su oficina, junto a un cerrajero, para abrirla.
El escándalo se produjo porque Victoria Villarruel cambió las cerraduras de los despachos de los senadores salientes para administrar la entrega de las llaves a los nuevos integrantes, una resolución que comunicó vía decreto en septiembre pasado.
Desde el entorno de la legisladora, indicaron que la fueguina radicó su denuncia en la comisaría del Congreso. En su testimonio acusó lesiones en un tobillo, constatadas por personal médico del Senado, pero también «manoseos en la zona de los glúteos» y «en su zona pélvica delantera».
López afirmó que las agresiones están vinculadas a la fórmula que eligió para prestar juramento en el recinto el viernes pasado, cuando prometió sobre los evangelios «por los 30 mil desaparecidos», haciendo especial énfasis en la cifra frente a la vicepresidenta, que acredita trayectoria militante en grupos caracterizados por lo que se conoce como negacionismo frente a los crímenes de lesa humanidad de la Dictadura.
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Fuentes vinculadas a Villarruel consideraron «una provocación» la actitud de la senadora López. «Esto empezó cuando asistió a la jura acompañada de 9 personas y hoy vino al Senado con un cerrajero, lo que de muestra que no está en sus cabales», explicaron, y agregaron que «la Vicepresidenta comunicó todo en un decreto de septiembre y acordó los términos con los presidentes de todos los bloques».
López sostiene que Villarruel cambió la cerradura y mandó a colocar una faja en la puerta de la oficina que pretendía ocupar el viernes pasado, después de la sesión de la jura.
Después de la escena de los forcejeos y las agresiones, la fueguina volvió acompañada por Juliana di Tullio, quien logró sonsacarle a uno de los vigilantes que Villarruel ingresó al despacho, donde López había dejado su computadora personal. «Si te falta algo, ya sabés», dijo Di Tullio.
«Que la vicepresidente Villarruel ingrese de manera ilegal al despacho de un senador nacional es un ataque de extrema gravedad institucional y una violación a la autonomía del Poder Legislativo», afirmó.
Un senador libertario criticó a su colega fueguina y deslizó que el escándalo pudo estar impulsado por el kirchnerismo, más allá de que la vicepresidenta habría acordado el reparto de despachos con las autoridades de las distintas bancadas, incluido el formoseño José Mayans. «Esto va a empezar a pasar seguido porque hay senadores que responden más a la superestructura que a las conducciones de bloques», dijo a LPO el senador libertario .
Según el equipo de la senadora agredida, su equipo de colaboradores venía trabajando en las oficinas del senador saliente Sergio Leavy, una decisión que alegan haberle comunicado a Villarruel a través de las autoridades del interbloque de UP. «Ningún otro despacho en el Senado fue fajado, ni le cambiaron la cerradura, estando senadores del oficialismo y de la oposición con acuerdos políticos similares a los de López y Leavy», informó la fueguina en un comunicado de prensa.
López acudió este lunes con un cerrajero, según su vocero, luego que Villarruel no respondiera a sus mensajes y llamados durante el fin de semana. En el forcejeo con el personal de seguridad, la senadora sufrió una lesión en el tobillo derecho, constatada por el doctor Gustavo Apreda, médico del Senado.
La guerra por los despachos no es una novedad en el Congreso. En diciembre de 2023, los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano sacaron sus escritorios al pasillo porque no les daban oficinas.
LPO reveló la semana pasada que incluso el jujeño Ezequiel Atauche, ex jefe de la bancada libertaria, sufrió un piquete de los senadores oficialistas ingresantes para que les garantice los mejores lugares dentro del palacio, una posición preciada para los legisladores. El fantasma del descrédito inicia para algunos cuando se los desplaza a los edificios anexos de la cámara.
Fuente: lapoliticaonline.com
