El intento de asesinato de Miguel Uribe irrumpió de lleno en la dinámica política colombiana y generó un fuerte impacto en la imagen de Gustavo Petro.
Según la última encuesta de Atlas Intel, la desaprobación del presidente de Colombia aumentó entre mayo y junio para llegar al 63,3%.
En cuanto a la evaluación del gobierno, el 54,5% lo considera «malo o muy malo», un índice que se mantiene relativamente estable en los últimos tres meses y aún por debajo del pico de abril (58,5%)
Para el público, el riesgo de aumento de ataques o asesinatos relacionados con facciones criminales se considera muy probable por el 51%, acercándose al principal problema señalado: las revelaciones sobre esquemas de corrupción y fraude (58%).
Por otro lado, en lo que respecta a las instituciones, predomina la percepción de estabilidad: el 53% considera nada probable la destitución del presidente, y el 43% evalúa como nada probable la ocurrencia de un golpe de Estado.
Los nombres de la oposición siguen destacando positivamente en el país en comparación con los nombres a favor del gobierno. Este mes, destaca la imagen de Miguel Uribe, líder político con la mejor evaluación positiva (57%) y un saldo favorable de 30 puntos porcentuales en relación con su imagen negativa.
Otro punto a destacar es el empeoramiento de la imagen de la vicepresidenta Francia Márquez, que alcanzó el 67% de evaluación negativa -un aumento de 12 puntos porcentuales en relación con el mes anterior.
La consultora brasileña afirma que la mayor parte de la población demuestra cierto nivel de interés por la política, con un 45% afirmando estar muy interesado en el tema. Además, solo el 3,4% de la población afirmó no tener ningún interés por la política, lo que indica un grado de apatía bastante reducido.
Una mayoría de casi el 58% de los colombianos se declara insatisfecha o muy insatisfecha con el funcionamiento de la democracia en el país, mientras que el 41% está satisfecha o muy satisfecha. Esta insatisfacción se explica porque más del 76% considera que el sistema político no responde a las demandas de la ciudadanía.
Los colombianos están divididos respecto al estado actual de la democracia: para el 34%, la democracia en el país está en riesgo de colapso, mientras que el 30% la percibe como poco estable. Un 35% la considera razonablemente o muy estable.
Aunque casi el 60% de los colombianos rechaza completamente la idea de apoyar un gobierno no democrático si este resolviera problemas de criminalidad o económicos, un 22% señala que tal vez lo apoyaría y un 16% afirma que lo apoyaría «sin duda».
También hay división en cuanto a la transparencia del proceso electoral: el 47% lo considera total o razonablemente justo y transparente, mientras que el 27% lo percibe como poco o nada justo y transparente, y el 22% lo califica como completamente manipulado o fraudulento.

Respecto a la comparación regional, el 33,5% de los colombianos considera que la democracia en su país es tan fuerte como en otros países de América Latina, el 31% la ve como más débil y el 24% la percibe como más fuerte que la del resto de la región.
La mayoría de la población entiende que el principal objetivo de la democracia es garantizar elecciones libres y justas, asociándola fuertemente con la esfera político-partidista. A continuación, el 41% de la población general relaciona la democracia con la rendición de cuentas de los gobernantes y el combate a la corrupción. En contraste con este panorama, la región de la Amazonía y Orinoquia se distingue por asociar mayoritariamente la democracia con la promoción de la igualdad social y la justicia, y no con aspectos político-partidistas.
En general, la población desaprueba el acto violento contra Miguel Uribe. La mayoría (67,7%) considera el ataque «muy grave» y el 57,1% lo ve como una amenaza a la democracia en el país. Para el 54,1%, este tipo de violencia forma parte de una tendencia preocupante, mientras que el 35,1% la asocia con la historia política de Colombia.
Solo una pequeña parte (6,4%) entiende el episodio como un caso aislado, exponiendo una percepción de la violencia vinculada históricamente a la actividad política en el país.
El papel de las instituciones y del gobierno en la elucidación del ataque contra Miguel Uribe no es visto con optimismo o confianza por la población. La mayor parte de los entrevistados (41,1%) declara tener solo confianza parcial en las autoridades responsables de investigar y castigar a los responsables del atentado. Además, el 44% considera que el gobierno de Petro no respondió de forma adecuada a lo ocurrido.
Entre las instituciones, las Fuerzas Militares son las que más inspiran confianza y enfrentan menor reprobación por parte de la población. Los militares concentran el 31% de «mucha confianza» y el 36% de «alguna confianza», mientras que los índices negativos son más bajos: el 10% declara «ninguna confianza» y el 20%, «poca confianza».
Por otro lado, los partidos políticos son la institución con mayor reprobación y menor nivel de confianza: el 47% afirma tener «poca confianza», el 26%, «ninguna confianza» , y solo el 6% expresa «mucha confianza» y el 15%, «alguna confianza».

Fuente: lapoliticaonline.com
