Portugal entra en una nueva crisis política. El gobierno conservador se sometió a una moción de confianza pero la mayorías de los bloques de la oposición la rechazaron y avanzaron en su destitución a un año de su llegada al poder.
La crisis se produce por un presunto conflicto de intereses, el primer ministro portugués, Luis Montenegro y abre la vía a unas posibles elecciones anticipadas, las terceras en menos de cuatro años, si el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, decide disolver la cámara.
Los partidos que votaron contra el gobierno de Luís Montenegro fueron desde el Partido Socialista, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista hasta la ultraderecha de Chega con quien el oficialismo de PSD no quisieron pactar conformar gobierno.
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Montenegro también se mostró disponible para «aclaraciones adicionales», bien en la Comisión de Investigación Parlamentaria, bien ante la Fiscalía General del Estado o la Autoridad de Transparencia. «Tengo la conciencia absolutamente tranquila», añadió.

Pedro Nuno Santos, secretario general del Partido Socialista.
Una eventual disolución de la cámara conllevaría la celebración de elecciones generales anticipadas, que en caso de darse, tendrán lugar el 11 o el 18 de mayo. Montenegro afirmó que no cometió ninguna irregularidad y anunció que, en caso de anticipo electoral, será candidato.
El dirigente de centroderecha llegó al poder en abril de 2024, después de que su antecesor, el socialista Antonio Costa, presentara su renuncia en noviembre de 2023 investigado por un presunto caso de tráfico de influencias del que luego fue a absuelto.
Una eventual repetición electoral podría fortalecer a la ultraderecha de Chega que se convirtió en la tercera fuerza del Parlamento en las legislativas de marzo del año pasado, cuando pasaron de 12 a 50 escaños con un 18% de los sufragios.
Fuente: lapoliticaonline.com