Luego de la contundente victoria electoral del gobierno, los bancos ahora presionan al Ministerio de Economía para que retome la senda liberal y libere los encajes que subió por necesidades electorales.
Los bancos encontraron en el mega vencimiento de deuda en pesos de casi 15 billones que enfrenta el Palacio de Hacienda esta semana, una palanca para presionar a Caputo.
Entre los instrumentos que vencen se destaca un bono dólar linked equivalente a USD 3.200 millones, cuyo capital ajusta al ritmo del tipo de cambio oficial. Es una parada brava: cualquier movimiento en la cotización puede disparar el costo de la deuda.
En este contexto, los bancos redoblaron la presión sobre el Gobierno para que relaje el nivel de encajes bancarios, hoy en el 55 %, un nivel que se mantiene desde el 1° de septiembre y que subió 35 puntos durante este gobierno.
Las medidas del BCRA con los encajes provocaron un descontrol en las tasas
Los bancos argumentan que el sistema está asfixiado: las entidades pagan intereses por el 100 % de los depósitos, pero sólo cobran intereses por el 45 %. El resto queda inmovilizado en el BCRA. Resultado: tasas prohibitivas, crédito paralizado y actividad congelada.
La propuesta de las entidades es sencilla: liberar parte de esos encajes para inyectar liquidez, bajar las tasas y reanimar el crédito productivo. En otras palabras, empujar la utopía del «punto anker» que imagina Toto Caputo: un equilibrio en el que el mercado vuelva a moverse sin sobresaltos, ni inflación ni salto cambiario.
El problema, admiten en el propio equipo económico, es que esa liquidez puede terminar dolarizándose, como ya ocurrió cuando intentaron desarmar las LEFI para poner pesos en la calle. En lugar de impulsar el consumo y la inversión, buena parte de esos fondos se fugaron al dólar financiero, que volvió a tensar la brecha.

Lo explicó el economista Martin Kalos en una charla organizada por Epyca Consultores: «Con una mayor liquidez se liberan precios de bienes y servicios, entre ellos el dólar. Pero lo cierto es que los encajes en el 55 % provocan un desequilibrio. Milei no lo puede defender bajo su modelo teórico: está conteniendo el tipo de cambio a cambio de tasas prohibitivas. Dejemos que el mercado determine los precios con un marco regulatorio razonable».
Kalos fue más allá y sugirió que el Gobierno podría dejar vencer parte de los títulos en la licitación del viernes para inyectar pesos a la economía: «Si quiere que la cosa recupere, yo lo haría a partir de la reducción del encaje bancario. De una manera u otra, en algún momento algo de pesos tiene que inyectar».
Pero en Economía resisten. La prioridad es pasar la licitación sin sobresaltos, evitar una nueva ola de emisión y contener el tipo de cambio. No puede darse el lujo de liberar esos 15 billones de pesos, mientras tienen sobre la mesa USD 5 mil millones en compromisos dolarizados (entre dólar linked y futuros). Kalos explicó que hoy una devaluación implicaría cargar a la deuda medio billón de pesos extra por cada 100 pesos que suba el dólar.
Desde la academia liberal, mientras tanto, el mensaje es otro: piden una política monetaria más laxa, cambios en el esquema de bandas y un programa de acumulación de reservas. «El equilibrio no se logra con cepos ni tasas irreales, sino dejando que los precios, incluido el dólar, encuentren su punto natural», afirmó un economista ortodoxo, crítico del gobierno.
Fuente: lapoliticaonline.com
