Donald Trump y Nayib Bukele reforzaron su buena sintonía en su primer encuentro en la Casa Blanca. El presidente de El Salvador es el primer líder latinoamericano en ser recibido por Trump como parte del acuerdo alcanzado para que el país centroamericano reciba migrantes ilegales en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (Cecot).
Trump reveló el lunes que pidió Bukele que construya más cárceles similares a la Cecot y que deportará a tantos criminales como «sea posible».
En ese marco, en el Salón Ovan, cuando Trump daba una conferencia de prensa junto al presidente salvadoreño, una periodista preguntó: ¿Cuántos delincuentes ilegales planea exportar a El Salvador?
«A tantos como sea posible. Justo le pregunté al presidente, ¿sabe?, sobre este enorme complejo carcelario que construyó. Le dije: ‘¿Podría construir más, por favor?’. Tantos como podamos sacar del país, los que permitió el incompetente de Joe Biden a través de fronteras abiertas. Probablemente oigan hablar de fronteras abiertas y ni siquiera lo entiendan, porque nadie lo entiende. Nadie inteligente ni con sentido común lo entiende», respondió Trump.
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Luego de elogiar al presidente Bukele, a quien calificó de un presidente fantástico, y de recibir elogios de Bukele a su administración, Trump también manifestó su interés en deportar a El Salvador a criminales estadounidenses que en realidad sean «malos, muy malos», pero explicó que, para ello, están estudiando qué dicen las leyes.
«Me gustaría que fuéramos un paso más allá, por supuesto, tenemos que cumplir las leyes, me gustaría incluir a esas personas en ese grupo de personas que vamos a echar del país, pero tendremos que ver lo que dicen las leyes», continúo Trump.

«Si son delincuentes y golpean con bates de béisbol en la cabeza a personas de 90 años, o si violan a mujeres de 37 años en Coney Island, Brooklyn. Sí, sí, eso los incluye. No estamos hablando de gente violenta, estamos hablando de gente mala, muy mala», indicó.
El Salvador tiene recluidas en el CECOT a 288 personas deportadas por el gobierno de los Estados Unidos que afirma que todos son miembros del Tren de Aragua o de la pandilla MS-13, ambos declarados como grupos terroristas desde el primer día de gobierno de Trump.
La bilateral con Trump coincidió con la polémica del migrante salvadoreño deportado «por error». Se trata de Kilmar Ábrego García, quien fue enviado al Cecot de El Salvador a pesar de que contaba con una orden judicial contra su deportación.
El Tribunal Supremo estadounidense ordenó el pasado jueves el regreso a Estados Unidos pero Bukele respondió ante las preguntas de los periodistas que «por supuesto que no voy a hacerlo. ¿Cómo voy a enviar a un terrorista a Estados Unidos».
«No lo voy a liberar. No nos gusta liberar a terroristas en nuestro país», agregó Bukele, quien dijo que su país acaba de convertirse en el más seguro del continente y que si liberara a «criminales» volvería a convertirse en «la capital mundial de los asesinatos».
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi , le contestó a Trump sobre el tema apuntando que el retorno de Ábrego García no depende del gobierno estadounidense si no del salvadoreño, porque esta persona se encuentra ahora bajo su custodia.
Además dijo que, en cumplimiento de la orden del Supremo, si el gobierno salvadoreño decidiera devolver a Ábrego García, Estados Unidos pondría las «facilidades» para su regreso.
La fiscal Bondi, no obstante, insiste en que Ábrego García es un miembro de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-19) y que vivía «ilegalmente» en Estados Unidos desde 2019, aunque no tiene antecedentes en los Estados Unidos .
El grupo más numeroso, enviado el 15 de marzo, incluyó 238 venezolanos supuestamente miembros del Tren de Aragua y 23 supuestos miembros de la pandilla MS-13. El tercer grupo, enviado el 12 de abril, fueron 10 personas que, según el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, provienen de Guantánamo.
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El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, detalló que el presidente Bukele manifestó Venezuela no aceptaba a los deportados, por lo que tuvieron que «encontrar un lugar donde enviarlos· y Bukele «tiene el lugar perfecto».
«Hicimos un trato con él a principios de febrero, y esta fue la forma en que se ejecutó. Estamos muy agradecidos. Estuvo de acuerdo, dijo, miren, he construido estas cárceles y albergaré gente aquí. Primero, quiere a sus sicarios de la MS-13 que están en Estados Unidos, porque también son buscados por delitos en El Salvador», concluyó Marco Rubio.
Fuente: lapoliticaonline.com