Javier Milei decidió correr a Ricardo Lagorio como embajador argentino ante la ONU luego de meses de tensiones por su gestión ante el organismo multilateral.
LPO reveló que Lagorio tenía los días contados desde el día en que Milei habló en la ONU a fines de septiembre cuando Karina Milei ordenó que el ahora ex embajadora no ingresara a la Asamblea del organismo cuando tenía que hablar el presidente, una decisión inédita en la diplomacia.
«Ese nabo impostado y grandilocuente no se sienta al lado del Presidente, punto», afirmó en su momento la secretaria General de la Presidencia que viene ganando cada vez más terreno en le Cancillería.
Milei y su hermana le facturan a Lagorio haber mandado un cable interno, anticipado en exclusivo por LPO, en la previa del Comité de Descolonización de la ONU cuando pidió «que le manden figuritas» para poder mantener el apoyo de los países árabes y del Caribe en la causa Malvinas.
El pedido tenía sentido dado que el alineamiento de Argentina contra la Agenda 2030, el negacionismo con el cambio climático y la alianza con Israel, genera ruido entre los países del Caribe (que dependen de los organismos internacionales para resistir los efectos del cambio climático) y los árabes que condenan la ofensiva israelí en Gaza y el Líbano.
Esa votación estuvo muy cerca de ser sometida a votación, algo que hubiese significado un fracaso diplomático pero finalmente logró salir por consenso.
El reemplazante de Lagorio será Francisco Tropepi, un diplomático de carrera que quedó a cargo de la embajada en Israel tras la escandalosa salida de Sergio Urribarri durante el mandato de Alberto Fernández y ahora se desempeñaba bajo el mando de Gerardo Werthein en la embajada argentina en Washington.
Según puedo saber LPO, en el cuerpo hay un enorme disgusto con el nombramiento de Tropepi, sobre todo con los que son cercanos al PRO que lo leen como un ninguneo más de Milei.
Una fuente diplomática dijo a LPO que «lo que se cuestiona es que sea alguien sin el más mínimo antecedente en la Cancillería. No tiene formación multilateral y nunca fue director o jefe de gabinete de un área. Se supone que en un cuerpo diplomático se elige gente en base a su trayectoria. Este no tiene los pergaminos ni siquiera para ser funcionario raso en la embajada ante la ONU».
Mondino culpa al embajador en la ONU por la derrota en Malvinas
Los diplomáticos comparan este nombramiento con el de Mariana Plaza en Gran Bretaña porque están en lugares claves sin tener formación profesional y ni siquiera académica para comprender los temas que están en juego.
«Obviamente gente así es muy manejable por la política, porque al no tener trayectoria profesional su única justificación es obedecer a los padrinos que los hicieron nombrar, que en este caso es Werthein», reprochan.
«Es un vivaracho que sabe jugar pero que no es ni un cuadro político ni mucho menos un experto en relaciones mutilaterales», agrega una fuente que lo conoce.
Fuente: lapoliticaonline.com