Vecinos de Villa Flor Serrana expresaron su preocupación por la notable turbidez que presentan las aguas del arroyo Cristal tras las últimas lluvias. Según explicaron, el sedimento que se observa en las crecidas proviene de las obras de pavimentación de la ruta 28, cuyo trazado atraviesa las nacientes del arroyo en la zona de Cerro Blanco.
“El movimiento de suelo, la tierra acumulada en sectores del camino y el propio camino se lavan con las lluvias, arrastrando el material cuesta abajo por el arroyo. Estimamos que, una vez finalizada la obra, este fenómeno debería cesar, o en el peor de los casos, continuar una temporada más hasta que las lluvias limpien los sedimentos restantes”, comentó un vecino preocupado por el impacto ambiental.
Los guardaparques de la Reserva Hídrica Natural de los Gigantes se reunieron recientemente con representantes del Ministerio de Ambiente, Vialidad y Obras Públicas para evaluar el trazado de la ruta y analizar las implicancias ambientales. Según indicaron, la canalización de las vertientes está contemplada y se ha trabajado para evitar alteraciones en el caudal y cauce del arroyo. Sin embargo, reconocen que el arrastre de sedimentos continuará mientras no se complete la pavimentación de este tramo.
En una caminata realizada por vecinos y guardaparques desde la bajada de la calle Fluorita hasta la estancia Toro Muerto, se constató que el arroyo presenta una turbidez inusual en todo su recorrido. “Es muy triste ver el estado de las aguas … Duele todo al ver este escenario. Ojalá esta situación se resuelva pronto, por el bien del agua y de toda la biodiversidad que habita en Flor Serrana”, señalaron.
Los vecinos esperan que las obras concluyan sin demoras y que las medidas adoptadas sean suficientes para mitigar los impactos sobre el ecosistema.